El los años 70 el turismo de casas rurales en la Sierra de Madrid no existía. Desde entonces ha cambiado la oferta y la demanda. Pero, ¿es suficiente para afrontar los retos del futuro?. Veamos cómo ha evolucionado y qué otras ofertas de turismo rural ofrece la Comunidad de Madrid
Los comienzos de las casas rurales
El comienzo del turismo rural en España aparece en los años 60-70, pero cuando realmente toma impulso es en la década 80-90. Los programas Leader de desarrollo rural inyectan dinero a los propietarios para adaptar las casas de pueblo al confort que los turistas procedentes de las ciudades demandaban.
Inicialmente se pretendía una renta complementaria agraria. Las ayudas se daban a la propiedad para generar un complemento a la agricultura o ganadería.
Este momento coincide con el traspaso de las competencias de turismo del Gobierno de España a las Comunidades Autónomas recién creadas. País Vasco, Navarra y Cataluña rápidamente se vuelcan con el turismo rural. Aparece el “agroturismo”.
Las casas rurales en la Comunidad de Madrid
En la Comunidad de Madrid el fenómeno tarda más en llegar. Comienza en la Sierra Norte de Madrid en los años 80 apoyada por los programas Leader y por inversiones para la recuperación de los cascos urbanos. En la “Sierra Pobre”, los pueblos de la Reserva del Rincón, como la Hiruela, Montejo de la Sierra, La Puebla, Prádena, Horcajo y otros cercanos se benefician de importantes inversiones públicas para mejorar paisajísticamente los pueblos. Muchas de las inversiones en casas rurales las hacen los Ayuntamientos con dinero de la Comunidad de Madrid, que se sacan a concurso con la idea de asentar población.
También se van abriendo en el Valle del Lozoya, especialmente en Rascafría, Garganta de los Montes o Gargantilla del Lozoya. Estas inversiones están más ligadas a iniciativas privada, complementaria de pequeños empresarios locales, pues no se acompañó, salvo en el caso de Garganta de los Montes, de inversiones para la mejora del aspecto paisajístico de los pueblos.
El perfil del usuario de turismo rural
El aumento de la población en las grandes ciudades, y el vaciado del campo e incluso de las pequeñas capitales de provincia, provoca un estilo de vida alejado de la naturaleza y de “las raíces”.
De la idea de que las zonas rurales son zonas pobres y a evitar para sustituirlas por el sol y playa, se pasa a la de la “experiencia del reencuentro con la naturaleza” y con los habitantes de los pueblos.
El auge del uso del vehículo particular, y la mejora de las comunicaciones por carretera, han hecho de la periferia de las grandes ciudades, especialmente Madrid y Barcelona, un peregrinaje semanal hacia las zonas de descanso rurales. Los desplazamientos de las grandes ciudades a entornos situados hasta 2 o 3 horas son frecuentes. La Sierra de Madrid, especialmente la Sierra Norte de Madrid ha visto como ha aumentado enormemente la oferta de casas rurales por la demanda de fin de semana.
El futuro del turismo rural
Pasa por diferenciarse y huir de la comparación de precios por parte de las OTAS y los metabuscadores.
Hace 30 años era una experiencia única ir a una casa de turismo rural. Ahora no lo es. Las casas rurales tienen que pelear por la diferenciación constante, aunque es verdad que los que estén en destinos reconocidos lo tienen más fácil.
Sorprender al usuario con actividades que no realiza la competencia, sean alojativas o no, es la clave. Las casas rurales tienen que llegar a acuerdos con empresas que realicen actividades que sean coherentes con el producto, el cliente y el destino que venden. Actividades en la naturaleza, o gastronómicas, culturales. Se trata de hacer un finde entretenido para el usuario de la casa rural.
La Sierra Norte de Madrid, al norte de la Comunidad de Madrid, tiene el Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama y la Reserva de la Biosfera Sierra del Rincón, además de otros espacios naturales protegidos. Con valores naturales bien conservados y al lado de Madrid las casas rurales deberían ser el destino preferente de los madrileños los 365 días del año.
Nuevas formas alojativas en el medio natural
El “Glamping”, mezcla de glamour y camping, es alojarse en la naturaleza con el máximo confort. Nace de la idea del viaje de la época victoriana inglesa en la que los exploradores viajaban con la máxima comodidad.
El glamping está causando furor en Europa y llega a España para quedarse. El glamping nace hace unos 20 años en el Reino Unido como fórmula para dormir en lugares en donde la naturaleza es espectacular y con el máximo confort. Así nace un nuevo turismo experiencial en los alojamientos que responde a la demanda del turista de probar nuevas experiencias, totalmente complementaria al de las tradicionales casas rurales.
Cabañas en los árboles, cabañas flotantes, tiendas de lujo decoradas como la Época Victoriana, yurtas, tipis, ecolodges etc. Son algunos ejemplos de esta nueva tendencia de alojamientos que sorprende al cliente y que ya puedes disfrutar en la Comunidad de Madrid, en varios sitios, aunque puedes probar Monte Holiday Ecoturismo, en plena Sierra Norte de Madrid y a 1.200 metros de altitud.