Regalar experiencias genera más felicidad que regalar cosas. ¿Te acuerdas de aquella vez que os tirásteis por una tirolina la familia entera?. ¿O aquella vez que os alojasteis en una cabaña en los árboles, como en las aventuras de Tom Sawyer?
Después de comprar cosas es posible que nos sintamos bien. pero también es posible que nos encontremos mal por haber comprado algo que acaba guardado en una caja. Regalar experiencias genera más felicidad que regalar cosas. Según los psicólogos las experiencias son memorables. Veamos:
- Los recuerdos asociados a experiencias mejoran, los objetos pierden la novedad muy rápido. Nuestra memoria se distorsiona con el tiempo. Se tiende a recordar los buenos momentos, olvidándose de los malos, según el psicólogo Richard Wiseman, citando estudios de otros psicólogos. Según Wiseman, «los objetos se vuelven enseguida viejos, ráidos y desfasados».
- Los objetos no cubren nuestras necesidades psicológicas. Según el psicólogo Juan Castilla, «las experiencias, si aciertas, sí pueden ayudar». Un viaje con los niños, una excursión, una visita a una granja con animales, un finde en la naturaleza, sobretodo si es en compañía tienen un impacto positivo mayor porque cubren mejor nuestras necesidades psicológicas.
- Dar es mejor que recibir. Estadísticamente es así. Según Wiseman, «quienes gastan más en los demás son más felices que los que gastan en sí mismos». Cuando se da, se activan en el cerebro las mismas zonas que las que se activan cuando comes alimentos ricos o sentirnos valorados por los demás.
- Las experiencias, mejor acompañado. Las experiencias en compañía, según Wiseman «es unos de los comportamientos más efectivos a la hora de provocar felicidad». Experimentar, emocionarse, hablar con los demás refuerza la experiencia y su recuerdo posterior.
Yo añadiría que si además, la experiencia es en un bonito paisaje, rodeado de naturaleza y de sonido de pájaros, y los niños corriendo y jugando ¡todavía más felicidad! 🙂 🙂