La primera de nuestra propuesta de 3 sitios superbonitos para ir con niños en vacaciones de Semana Santa en Madrid, y que iremos subiendo al blog semanalmente es el Puente del Congosto de Lozoya. Un Puente que está en un lugar de encajonamiento del río Lozoya, donde baja intempestuoso, y por donde han pasado los habitantes del Valle del Lozoya a lo largo de los siglos.
Hay dos hipótesis sobre la historia del Puente del Congosto, Canto o de la Horcajada, que es como se le llama:
Una, que se construyese en época romana, basada en la posibilidad de la existencia de una vía romana que comunicase las tierras de Madrid con Segovia, un parecido con el puente de Cangas de Onís y el hecho cierto de haber sido reparado en el siglo XIV.
Medieval: hipótesis basada en la cita de Alfonso XI en su libro de montería (recordemos que también cita el puente Canto de Canencia) y que su forma es característica de los siglos XII-XIII.
El camino para ir a Madrid, y que utilizaban los habitantes, y los monjes del Monasterio del Paular pasaba por aquí y continuaba luego por el Puente de Matafrailes, en Canencia.
Otro aspecto interesante en el que debemos fijarnos en esta parada es la forma en que se produce y se ha producido ese encajamiento del río Lozoya. En unos 300 m, el cauce pasa, de no estar nada encajado, a discurrir por el fondo de una garganta de unos 6 u 8 metros de profundidad, según los lugares. Tanto el proceso como el resultado de la excavación son muy interesantes y se basan en el desarrollo de una curiosa morfología erosiva producido por la fuerza del agua, que se llama marmitas de gigante. El proceso lo podemos ver actuando en vivo y en directo sobre el fondo del cauce en el tramo aguas arriba del puente, y el resultado lo podemos ver en las paredes del cauce encajado aguas abajo del puente. La roca es gneis del Paleozoico, una roca metamórfica que tiene la misma composición que el granito.
El proceso de formación de las marmitas de gigante se basa en la presencia de remolinos y turbulencias en la corriente de agua debido a las irregularidades del fondo del cauce. La arena y cantos que arrastra el agua van desbastando la roca, erosionándola poco a poco.
Cuando un remolino de agua queda estabilizado entre las rocas o junto a la pared, se mantiene la abrasión sobre el fondo, localizada de forma que va profundizando cada vez más hasta formar un hueco circular. Cuando disminuye la corriente, se depositan los cantos y arena que hacían el desbastado dentro del hueco.
Al aumentar la corriente en la siguiente avenida, los vuelve a poner en movimiento, y aunque algunos pueden escapar del hueco, otros de los que llegan se quedan atrapados dentro, manteniendo la abrasión sobre el fondo. Después de actuar durante miles de años, el resultado son huecos con tendencia a ser redondeados y que pueden alcanzar gran tamaño según la fuerza de las corrientes, la resistencia del material, su homogeneidad o heterogeneidad, etc. Según van profundizando, algunos de ellos pueden llegar a parecer grandes marmitas o calderos, y por eso se les llama marmitas de gigante.
Cómo llegar al Puente del Congosto de Lozoya
Cogemos la carretera que va hacia Lozoya y tomamos una carretera pequeña asfalta entorno al PK 12,2 hacia la presa de Pinilla y a unos 150 m entramos por una puerta a la izquierda para acceder a un área de aparcamiento. Desde
Monte Holiday Ecoturismo son 5 minutos en coche. Tu lugar de vacaciones de Semana Santa en Madrid!
Desde el aparcamiento recomendamos bajar andando directamente al río Lozoya y seguir su margen izquierda hasta la zona en que empieza a encajonarse.
La vuelta al vehículo la podemos hacer desde el puente del Canto o del Congosto, dando un paseo por el camino que sube hacia la carretera. Mira el maps que hemos preparado y sigue las pistas, no la linea azul que te lleva por la carretera. Es muy fácil para hacerla con los niños.