3 excursiones superbonitas y poco conocidas para venir a la Sierra con niños: Sabinar de Lozoya

El Sabinar de Lozoya es la segunda de nuestra propuestas de 3 excursiones superbonitas para venir a la Sierra con niños, y que iremos subiendo al blog semanalmente.

La sabina, un árbol del pasado

La sabina albar (Juniperus thurífera) es un árbol de la familia de los cipreses (cupresáceas) que cuando crece sin competencia y en buenos suelos tiene forma piramidal y de hoja verde oscura. Es un árbol que crece en climas más secos que donde nos encontramos, y más propio de la meseta castellana, pues en el área que ocupa en Lozoya (entre 1.110 y 1.300m) debería crecer el roble. Es un «fósil del pasado» o «relicto», pues en épocas más frías y secas competía mejor con otras especies y se extendía por más zonas de la Comunidad de Madrid.
De hecho las sabinas predominaron en el sur y noroeste de Europa en un ambiente forestal al que todavía no había llegado el ser humano. Las investigaciones muestran a la sabina como un vegetal traído por el tunel del tiempo hasta el presente desde el Cretácico, un periodo que se extiende desde hace 165 a 66 millones de años. El caracter duro de la sabina hace que conforme el clima se fue haciendo más suave y lluvioso, fue desapareciendo de la fachada atlántica y de zonas de montaña del norte y centro, quedando relegado a zonas frías y secas.

Sabinas centenarias crecen encima del gneiss del Valle del Lozoya. Foto copyright Ana Sancho

En las laderas del «Chaparral» se ha mantenido gracias a la exposición sur, la inclinación y la gran cantidad de rocas, que hacen que compita bien con otras especies, como el roble melojo (Quercus pyrenaica), y se mezcle con enebros (jabinos en la jerga local, Juniperus oxycedrus), y encinas y tomillos.

Olor a incienso

La madera de sabina se ha utilizado centenariamente para estructuras de madera de las casas por su carácter imputrescible. Y es que la madera de sabina, de color rojizo es muy dura y resistente a la pudrición por la gran cantidad de taninos. La madera de sabina huele estupendamente, lo mismo que las arcéstidas o frutos cuando se estrujan entre las manos. Thurífera  significa «productora de incienso», ya que su madera es muy aromática, de olor resinoso agradable, por lo que se ha quemado para este fin, produciendo un olor muy penetrante que al decir de las gentes ahuyenta a los insectos y según Pío Font Quer hace huir a las serpientes.
El Sabinar de Lozoya es una de las joyas de la naturaleza de la Comunidad de Madrid. Es el único sabinar de toda la región y verás sabinas que tienen cientos de años de edad.

Ideal para venir a la Sierra con niños

El Sabinar de Lozoya es ideal para venir a la Sierra con niños y ver otra joya del Valle del Lozoya: el Puente del Congosto con sus Marmitas de Gigante. Ambos son muy accesibles en un paseo desde el área recreativa de Hoya Encavera. En unas dos-tres horas de paseo tranquilo habrás cubierto ambas visitas.

Cómo llegar

A 5 minutos en coche desde Monte Holiday Ecoturismo. Puedes dejar el coche en el parking del área recreativa Hoya Encavera, 3 km antes de llegar a Lozoya. Desde ahí cruza la carretera hacia una pista que sube a unas casas, «las casillas del Primavera», lugar de cabras centenario, y desde ahí dirigete hacia el bosque de sabinas que verás en la ladera.
Aquí tienes el google maps (en coche tienes que ir por carretera, no coger la pista que sale a la derecha según sales de Monte Holiday)

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